Automatic Moving Company (AMC) debe su nombre y rinde homenaje a la obra del artista francés Emile Cohl (1857-1938), integrante del movimiento antiartístico autodenominado “Les Arts Incoherénts”.

En el centro de esta nueva AMC se encuentra un antiguo reloj de control de personal programado para temporizar flujos eléctricos en ciclos de 24 horas. De este dispositivo de control surgen ocho tentáculos que transportan la energía suficiente para activar y desactivar cualquier mecanismo que a ella se acople.

A partir de precisas pautas de producción, diez artistas generaron diferentes obras. El tiempo, el movimiento, la evolución, los cambios cíclicos y la energía dieron origen a los diferentes procesos de creación de cada una de las obras. Algunas de estas obras podrán ser manipuladas mientras que otras están destinadas exclusivamente a la contemplación.

Los visitantes pueden interactuar con este monstruo artístico que activa y desactiva, con el transcurrir de las horas, todos los mecanismos expuestos.

AMC invita a los visitantes a acercarse al reloj central y registrar en una tarjeta de control de personal, al ingresar y al retirarse de la sala, cuánto de su tiempo han invertido en ser parte de esta experiencia colectiva de (re)creación artística.

Gustavo Blázquez



Vista de la obra de Victoriano Alonso y pasos de danza en la obra de Gustavo Blàzquez. Enero de 2010






























Gente bailando en la obra de Gustavo Blázquez al ritmo de Tru La La durante la inauguración en Stuttgart 2010 










Amanda bailando en la obra de Gustavo Blázquez al ritmo de Tru La La durante la inauguración en el Museo Emilio Caraffa de la Ciudad de Córdoba 2009








 Vista de la obra de Gustavo Blázquez en el Museo Emilio Caraffa de la ciudad de cordoba, atrás la obra de Diego Dubatti 









 Alguien bailando en la obra de Gustavo Blázquez al ritmo de Tru La La durante la inauguración en el Museo Emilio Caraffa de la Ciudad de Córdoba 2009

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